Es un pequeño resumen de cuál fue el origen del Camino de Santiago, ya que hay muchos artículos detalladamente en internet. Para buscar el origen del Camino de Santiago hay que remontarse a la época de Jesucristo y concretamente en la figura de uno de sus discípulos: Santiago, natural de Galilea, hermano de Juan Evangelista e hijos de Zebedeo y Salomé, que eran conocidos como “el hijo del Trueno” por su fuerte carácter.

De su peregrinación en la Península Ibérica poco se sabe, unos dice que empezó por Murcia, otros en Cataluña y otros en Portugal, lo que sí cuenta la tradición es que llegó a tierras de Gallaecia (Galicia). Después de predicar el evangelio regresó a Palestina en el año 44 d.C., donde el rey Herodes Agripa I ordenaría su muerte.

Sus discípulos Teodoro y Atanasio decidieron recoger su cuerpo y huir en una barca de piedra. Los tres viajaron sin timón, ni vela, supeditados a los designios del Santo hasta llegar a la costa norte de la Gallaecia y remontar el río Ulla. Es lo que en la tradición jacobea se conoce como “Translatio”.

La Iria Flavia sería su destino, amarrando la barca a un miliario de piedra conocido como el ‘Pedrón’, que hoy en día puede verse en la iglesia de Santiago de Padrón. Comenzará por tierra una nueva aventura de los discípulos para conseguir enterrar el cuerpo de Santiago, cuya tumba quedó en el olvido durante siglos.

Ocho siglos tuvieron que pasar para que los restos del Apóstol fuesen reencontrados por un humilde ermitaño que vivía en el monte Libredón. Corría el año 823, cuando un pastor, Pelayo, comenzó a ver en el cielo unos destellos luminosos y como unas estrellas señalaban un lugar concreto.

Este fenómeno sucedió varias noches por lo que corrió a contárselo a Teodomiro, obispo de Iria Flavia, que decidió comprobar con sus propios ojos el fenómeno estelar. Ambos decidieron acercarse al lugar y descubrieron oculto un sarcófago con tres cuerpos. El obispo Teodomiro se dio cuenta enseguida que acababan de encontrar la tumba del Apóstol.

Ante la importancia del hallazgo, Teodomiro decide desplazarse a Oviedo, capital del reino, y contárselo al monarca Alfonso II, el Casto. El rey es consciente de la importancia del descubrimiento y decide trasladarse personalmente para comprobarlo. El rey Alfonso II se convierte en el primer peregrino de la Historia. Y su recorrido entre Oviedo y la tumba del Apóstol, en la primera Ruta Jacobea, la que hoy conocemos como Camino Primitivo. El propio monarca mandará construir un templo para albergar los restos del Apóstol y que sea digno de visitar por parte de otros monarcas cristianos. Este será el inicio de lo que es hoy la Catedral de Santiago y de la conformación del ‘Campus Stellae’, la actual Santiago de Compostela.

Otro de los peregrinos más famosos fue Aymeric Picaud, a quien se le atribuye la autoría de parte del Códice Calixtino, concretamente la parte quinta conocida como “Guía del peregrino”. Su peregrinación no comenzó en Oviedo sino que decidió realizar el trazado más utilizado de la época, el conocido hoy en día como “Camino Francés”, detallando en sus escritos información sobre alojamientos, templos, gastronomía, cultura, costumbres del lugar, etc.

Con el paso del tiempo surgieron otras rutas del Camino de Santiago por toda Europa y desde las grandes ciudades de la Península.